viernes, 18 de marzo de 2011

NOTICIAS DE JAPONESISMO: EL ORDEN TRADICIONAL O LOS SEÑORES DEL ACERO Y SU FÁBULA RADIOACTIVA

Si verdad fuese que un dragón volador pudiera apagar el infierno con un esputo, a la hora en que se lea este billete del limbo -del digital, entiéndase-hecatombe no habrá sido, ni apocalipsis. Ojalá. Se trataba de eso -nos ha sido dicho-, de que ingenio mecánico -¡oh, Clavileño!- excrete una gota sobre un ovo herpético, calambrético y demonial. De culebra huevo en estiércol logrado. Royera del aire aun las asaduras.


En tanto se refrigeran o no los ganglios en torre de la central nuclear de Fukushima con aguadores en helicóptero, se ha visto a los japos reaccionar con temple.Han bajado al súper con mascarillas, en perfecto orden cerrado. Nada de hipidos, resoplidos, ayes, llantos o vahídos. Nos pasma su sobriedad emotiva mientras nos imaginamos a los mendas -o sea, a nosotros mismos- en situación pareja; y el contraste aumenta al infinito, mediando incluso hilaridad, la parquedad rayana en lo mostrenco de los orientales. ¡Cuántas tarascadas, bocinazos, arrebañamientos, galletas-cocas y tirones de pelo no habría en el Mercadona!

Han domeñado la tierra, y de su parcela sacaron docenas de islas donde las estaciones del año tienen matices edénicos. Han domeñado los árboles de su
jardín, y del sicomoro o del ciprés el bonsai sacaron, escala 1/25 de los bosques de las dríadas. Sometieron las alturas al bajar las grullas del cielo para que campeen en sus kimonos y medren con las bestezuelas del espejeante arrozal. Han impuesto el orden a las aguas, y de las pozas de fango modelaron la carpa koi de undosas aletas que pueden entretener la soledad infinita de un Shogun. E, incluso, imponen orden al acero, al que taracean, laminan y conforman a maravilla creando, quizás, las armas más finas que un artesano lograra del fuego (búsquense en los armeros -en Venecia se verá uno de los más provistos- las hojas tenaces, sus tsubas, los trenzados de seda de los pomos y el galuchat de las vainas).


Aunque perecieron estos hombres medievales con corazón tan permeable a las voces matizadas de las estaciones. Y el caquilero los hirió con sus redondos y sequizos frutos al oreo, y los cegó el cerezo con su labor de nieve perfumada, y los asombró el volcán con su paciencia, y el zorro arrebolado con su fulgor de invierno, y la salamandra gigante con sus rosarios de estrellas en el agua del riachuelo, y los aquietaron los oleajes con sus morbideces
blancas ...Ycaligrafiaban lo que cada camino le increpa al ábrego, el susurro maldiciente de la tempestad queda y la pudibundez del nevazo. Y, a la vez, aprendían y pintaban con la línea del crisantemo, y todo lo hicieron tallo. Sus dibujos eran esencias, sin los lazos de la perspectiva, al modo escolar de los europeos primitivos que enjoyaban las campesinas iglesias.


La línea curva de Japón, katana dispersa entre los caballos del mar de oriente, tocó como convólvulo sensitivo la quimera del artista en la brumosa Europa. Franceses, ingleses o belgas apretaron la mano medieval que los llevó a una
espiritualidad escondida en los siglos oscuros. Pudieron contemplar la "Vista del Monte Fuji desde la concavidad de la ola en mar abierto delante de kanagawa" (1831) de Hokusai. Se trata de la más
fecunda ola del arte: y se hizo el arabesco (el hierro trasmutó en
liana por Guimard; el sonido, voluta por Debussy; en perífrasis elusiva por Mallarmé, príncipe de los poetas, la imagen; y en curvatura en las litografías de Combaz, la estampa; y en silueta de aro palustre por todas las artes plásticas y la artesanía, el hálito del demiurgo humano). Y, en fin, por Japón sabemos de la princesa cabalgante de libélulas por el cielo de oriente...

Estos hombres hormiga tienen un pasado que callar. Se ha comparado su comportamiento en Korea, desde finales del siglo XIX y durante toda la primera mitad del XX, con el de los nazis respecto a los judíos. Imperialismo que siempre viene adornado con la misma guarnición: saqueos, expropiaciones, violaciones (son espeluznantes los relatos de las esclavas sexuales que los nipones organizaban para alivio de kamikaces), ejecuciones fulminantes y limpieza cultural.

Siendo una sociedad moderna hasta el extremo que ha hecho de la tramoya de feria el homo faber robótico, quizá lo mejor-y lo peor (?)- que los distingue viene de antiguo. Dejaron el sufrido escabillo para asir el control remoto de la azada silícica. Mas no se olvidaron de los lazos que los obligaban en su edad de oro, el imperio, y que se resumen en uno: honor (el concepto de "huelga a la japonesa" lo explica meridiano). En él se basa la anteposición de lo social a lo privado. Cuando hay choque de intereses siempre prevalece la limpieza, el silencio, la calle frente
a la casa o el orden ante el esparcimiento abusivo (han dicho unos falleros de allí, de jira valenciana, que en ninguna prefectura ponen las fallas infantiles entre rejas para protegerlas de los choris ya que los ninotes secuestrados no podrían ser quemados en los domicilios dado que eso podría contrariar a los vecinos; antes bien, cumplirían dichas rejas función evitando que artesanos anónimos depositaran sus creaciones propias al pie de la oficial -ido se han, según parece, a los museos, únicos lugares de deambulaciones a salvo de resbalón por inmundicia-).

Una katana que no sea de figuración vale más que un Toyota; pero para qué vale...Nos diferencia eso, el lustre que se le da a la tradición, a los oficios; y lo que aquí llamamos con tontuna "política de corrección", ellos lo llaman etiqueta y afecta más a los gestos que a las opiniones -con lo que se ahorra en vacuidad-. En el suelo patrio la Fábrica de armas de Toledo, de fulgurante recuerdo, ya no forja ni espadines de parada, todo se importa de Taiwán. (Ya me apremió un viejo italiano en Florencia a que nuevas le diese de tal obrador: le mentí porque me partía el alma que se llevase un curtido artesano del metal tan amarga coz).

Propp, don Vladimiro, morfológico analista de cuentos, explicara que en una geografía de primor como la del trono del crisantemo, donde cada regato posee contador de hojas de arce rojo llevadas, las fábulas se desgobiernan solas (sin mediar agresor u oponente o falso héroe o pruebas no superadas) para que el fabulador, a la manera de Funes el Memorioso, no descuide atento ningún matiz foliar.


Conseguirán en ocasión nueva restablecer el orden tradicional para que naden las carpas koi en madera de cocobolo; con filamentos de metal compondrán redes para pesca de estricto nácar, y contarán su misma historia de siempre a través del ojo de una ola.


ACTIVIDADES

1 Busca una metáfora en el primer párrafo
del texto y explícala (término real y término irreal).


2 El escritor ha pretendido oscurecer el sentido del primer párrafo, ¿podrías demostrar que lo has entendido?; explícalo convenientemente.

3 Se oyó el otro día en la radio que "el civismo de la tradicional sociedad japonesa logrará..."; aunque quizá quisieron decir "el civismo tradicional de la sociedad japonesa..." Solo cambia de orden el adjetivo tradicional, pero la oración tiene otro sentido. Explica qué ha cambiado de una a otra.

4 ¿Qué opinas tú sobre la actitud que se describe en el texto de arriba (la actitud de calma que tienen los japoneses ante la grave situación que viven). ¿Es real? ¿Te parece normal, digna de alabanza o, por el contrario, falsa o artificial su actitud? Compón un texto de unas diez líneas con tu opinión (se trata de que des razones...).

5 ¿Sabrías decir qué gran autor hispanoamericano de entresiglos se esconde tras la cita del párrafo cinco: "Y, en fin, por Japón sabemos de la princesa cabalgante de libélulas por el cielo de oriente..."?

6 ADICIONAL: Busca información sobre Clavileño (cuenta brevemente su historia), las dríadas, Funes el memorioso o el artista japonés Hokusai.


Os dejo dos vídeos que ilustran los aspectos de Japón que se han tratado de contraponer en el texto superior: el país tradicional de la infinita sensibilidad, y el Japón de ahora (ese que genera tendencias en la moda que luego veremos en las cadenas de INDITEX). ¿Cuál de estas dos variantes del carácter de sus paisanos será la que logre rescatar al archipiélago de la catástrofe? ¿Con qué vídeo te quedas?






1 comentario:

Pandorita dijo...

Excelente, como siempre.
Interesante lectura para entretener el tiempo que media entre el fin de la jornada laboral y el comienzo de la cena de los idiotas (si no la cena, la sobremesa).
Nada que objetar