AZNAR Y EL PERRO:AL CABO DE UN AÑO, EL PERRO SE PARECE A SU AMO

En este curso, como ya sabéis, estamos trabajando con los refranes;y el del título de la entrada es uno de los últimos cuyo significado hemos averiguado. Considerados propios del lenguaje menos formal (y dentro sobretodo del habla,no de la escritura), sin embargo contienen la esencia de la poesía...de la literatura. Un simple y breve refrán puede dar a entender más que todo un libro. Si nos parecen "poca cosa" seguramente es porque no hemos entendido su naturaleza: poseen las facultades del camaleón; se adaptan a contextos dispares y exigen un esfuerzo extra del oyente/lector. Todo se deriva de su doble plano de significación: el literal y el metafórico. Un refrán bien empleado borrará los límites entre ambos y hará poner cara de bobo, más de una vez, a quien lo oye.
En este blog no tenemos reparos en utilizar la actualidad (sucesos, personas, temas...) para darle vueltas al lenguaje. Es en este contexto en el que tienes que entender la actividad que se os propone.
Fíjate en la foto, ha sido muy comentada esta semana en los medios de comunicación (apareció el domingo26 en el suplemento Semanal XL). Ha suscitado opiniones dispares (positivas o negativas según la ideología de quien opinaba). Aquí vamos a aprovechar este revuelo pero sin el ánimo de ofender o defender una idea política. Quedémonos con la diversión y, si lo hubiera, con el conocimiento.
ACTIVIDAD: Manda al correo una foto donde aparezca alguna persona con su mascota.Tienes que comentar el parecido que haya entre ambos; para ello debes comparar los rasgos físicos (o visibles) de ambos y los psicológicos o internos (la personalidad). Utiliza adjetivos calificativos en abundancia...Las fotografías pueden recoger a personas conocidas de cualquier ámbito: deporte, política, moda...

EJEMPLO (Tú no tienes por qué redactarla así; puedes ser más breve o prolijo y utilizar tus propias palabras y ser¡ más creativo!)

El color oscuro domina la foto. El negro y azul del traje, con matizados reflejos de luz, se prolongan en la capa profundamente negra del animal. A medida que descendemos el color blanco reduce su extensión para terminar subrayando los ojos y boca del perro (se simbolizaría así la transión de hombre a bestia). El expresidente tiene la mirada torva, los ojos hundidos y desafiantes, los labios fruncidos: la contracción facial ¿es la del amo que sujeta a la impetuosa criatura o la de quien lo azuza para que se abalance? El can, por su parte, tiene los ojos depositados francamente en el espectador y, así humanizado, de sus fauces abiertas parece que fueran a salir las medidas anticrisis. Las híspidas cejas de Aznar, la sombra de su incipiente bigote, la onda de su famoso flequillo-que en el animal se convierten en oreja- lo acercan a Sam, la mascota; en cambio el poderoso volumen de esta, delimitado por un pelaje lacio, apretado y refulgente, le confieren la gravedad de un retrato decimonónico.

Los periodistas han dicho de esta fotografía que es un gran acierto pues las cualidades intrínsecamente perrunas ( como la fidelidad, la entrega, la paciencia...) se contagiarían al amo. Otros, por su parte, destacan la animalidad latente en la figura de Don José María. En todo caso, grandes hombres de todas las épocas han sido dibujados, pintados, esculpidos, grabados, fotografiados o filmados con perros.