lunes, 26 de septiembre de 2011

DON JUAN TENORIO Y HOMER SIMPSON: LAS PALABRAS, LOS CIEMPIÉS Y LAS HAMBURGUESAS CON BEICON

Divinas palabras. Si no las entendemos, obran su efecto a pesar de nosotros: nos pueden (es la magia del abracadabra). Y a mayor obscuritas, más profundidad de alumbrar la calígine (como las calaveras roídas en las cuevas de los náufragos). La retórica, me refiero a la "seria", se ha devanado en un vuelo inútil tratando de clavar con alfileres las alitas de la monocorde variedad de las metáforas. Warren y Welleck, el Pinciano, Quintiliano. Qué desperdicio de recias voluntades. En pronunciar un palabro complejo como ciempiés, los ojillos hacen chiribitas y compramos la cabra hética del trabalenguas. Ya se han formulado disquisiciones varias del mismo asunto: que si las voces son dagas, que si un adjetivo cruza una cordillera como emplumada llave hacia remotísimas
amadas reticentes, que si los sibilantes versos aúllan quedos y palpitan de hondura grávida , que si las breves jaculatorias pueden revestir con adorno la tiniebla de las iglesias desnudas, que si un porcatero con catón es humanidad que del ambón saltara a las estrellas...

Teniendo la peladilla ropajes bárbaros, al caer en pozo, la purísima agua quieta se conmueve hasta lo indecible. La xenofilia ha ahuyentado el torrezno ibérico, las frutas de sartén y el Don Juan Tenorio. Resulta el asunto parejo al anterior; y dándose eclipse que haga concordias entre ambas tensiones, el resultado pudiera ser más jorobante que un ...un...un rissoto manchego, supóngase. Me ocurre a mí lo que le avino al del soneto, que de noche, sin fuerzas, descaminado...creyendo encontrar asilo, fue asaltado sin dar oposición. Y es que la atención se nos quiebra como cenicero obrado por colegial y donado al progenitor por el día de San José. No prestamos la atención debida y otorgamos que nos administren vacunas mediando leznas en vez de agujillas. No captando la recta columna vertebral de las palabras, nos arrojan
meteoritos como sandías solo acertando a poner cara de frailucos bondadosos . Oyendo de continuo rebuznos que pudieran cruzar las pizarrosas aguas del Atlántico y rebotar en los lomos de las ballenas, no reconocemos la perla en su concha y, al igual que los cochinos truferos ya jubilados , hemos perdido el rumbo. Cuidado con las palabras larguitas que han sido injertadas en miriápodos. Nos las tragaremos. De modo que nuestra voluntad la dispongan otros, nos enajenarán y perderemos el atajo que media entre sesera y boca. Los huesecillos del oído, con fragilidad de chamariz, se embotarán por atasco de sílabas y a medias solo nos valdremos del martilleado cerebrito.

He visto, lo juro, a D. Luis Mejía y a su rival, aquel cuyas palabras derretían muros de piedra, en un fast food demandando hamburguesas con beicon. "Desde lo de jálowin- contestaron a una pregunta directa- hemos perdido credibilidad y ya no nos contratan. La culpabilidad es de las calabazas huecas".


El texto anterior trata de las palabras largas (sesquipedalismos) que cada vez están más de moda y que son preferidas a las más cortas y certeras (incluso muchas veces son incorrectas y no las recoge el diccionario). Su uso se debe en principio, así se ha explicado, al prestigio que tienen en inglés (una lengua que suele fabricar estas unidades de forma contenida y en donde, por tanto, la extensión inhabitual es signo de lustre). Aquí se ha seguido a lo tonto el pálpito. Muchas veces son
utilizadas estas palabras en el discurso político o en la propaganda ( intentan deslumbrar al comprador con espejuelos tan fútiles como estos -piensan, quizá, que el público no va a entender la palabra exacta, precisa y se sacan una de la faltriquera que creen ellos que nos conviene más-).
El resultado no ensanchece, como diría Homer Simpson, el espíritu del idioma; más bien lo constriñe reduciéndolo a muñón...


ACTIVIDADES

1) Mira el vídeo de Homer Simpson. No tienes que hacer nada, solo reírte ...y pensar. La falta de tensión intelectual hace que se nos cuelen palabras estúpidas lánzadas por quien, tal vez, nos tiene como tales. Ya sabes: solo quieren hacer negocio con tu dinero.

2) Mira el segundo vídeo, el del anuncio, y busca alguna palabra que tú creas que está mal empleada. Tendrás que decir por qué (búscala en el diccionario).

3)Busca y anota el significado de cuatro palabras que desconozcas del texto.

4)¿Qué es un sesquipedalismo? ¿Qué simbolizan en el texto los miriápodos (los ciempiés)?

5) Busca dos palabras demasiado largas en el texto de arriba y señala qué palabras muy parecidas podríamos utilizar en su lugar.

6) Busca información sobre el argumento de D. Juan (puedes imprimirla y pegarla en tu libreta). ¿Cuándo es típico representar la obra?

7) Lee los versos de abajo, pertenecen a la obra de Don Juan. Si te aprendes al menos 20, tendrás una suculenta nota extra.



D. JUAN:

¡Cálmate, pues, vida mía!

Reposa aquí; y un momento

olvida de tu convento

la triste cárcel sombría.

¡Ah! ¿No es cierto,

ángel de amor,

que en esta apartada orilla

más pura la luna brilla

y se respira mejor?

Esta aura que vaga, llena

de los sencillos olores

de las campesinas flores

que brota esa orilla amena;

esa agua limpia y serena

que atraviesa sin temor

la barca del pescador

que espera cantando el día,

¿no es cierto, paloma mía,

que están respirando amor?

Esa armonía que el viento

recoge entre esos millares

de floridos olivares,

que agita con manso aliento;

ese dulcísimo acento

con que trina el ruiseñor

de sus copas morador,

llamando al cercano día,

¿no es verdad, gacela mía,

que están respirando amor?

Y estas palabras que están

filtrando insensiblemente

tu corazón, ya pendiente

de los labios de don Juan,

y cuyas ideas van

inflamando en su interior

un fuego germinador

no encendido todavía,

¿no es verdad, estrella mía,

que están respirando amor?

Y esas dos líquidas perlas

que se desprenden tranquilas

de tus radiantes pupilas

convidándome a beberlas,

evaporarse, a no verlas,

de sí mismas al calor;

y ese encendido color

que en tu semblante no había,

¿no es verdad, hermosa mía,

que están respirando amor?

¡Oh! Sí, bellísima Inés,

espejo y luz de mis ojos;

escucharme sin enojos,

como lo haces, amor es:

mira aquí a tus plantas, pues,

todo el altivo rigor

de este corazón traidor

que rendirse no creía,

adorando vida mía,

la esclavitud de tu amor.


Dª INÉS:

Callad, por Dios, ¡oh, don Juan!,

que no podré

resistir

mucho tiempo sin morir,

tan nunca sentido afán.

¡Ah! Callad, por compasión,

que oyéndoos, me parece

que mi cerebro enloquece,

y se arde mi corazón.

¡Ah! Me habéis dado a beber

un filtro infernal sin duda,

que a rendiros os ayuda

la virtud de la mujer.

Tal vez poseéis, don Juan,

un misterioso amuleto,

que a vos me atrae en secreto

como irresistible imán.

Tal vez Satán puso en vos

su vista fascinadora,

su palabra seductora,

y el amor que negó a Dios.

¿Y qué he de hacer, ¡ay de mí!,

sino caer en vuestros brazos,

si el corazón en pedazos

me vais robando de aquí?

No, don Juan, en poder mío

resistirte no está ya:

yo voy a ti, como va

sorbido al mar ese río.

Tu presencia me enajena,

tus palabras me alucinan,

y tus ojos me fascinan,

y tu aliento me envenena.

¡Don Juan!, ¡don Juan!, yo lo imploro

de tu hidalga compasión

o arráncame el corazón,

o ámame, porque te adoro.








Este vídeo recoge el famosísimo requiebro galanteador de D. Juan y la respuesta de la rendida Dª Inés. Son muchas las versiones que se han hecho de la obra. Míralo para que veas el tono inflamado con el que los actores reflejan la pasión de los versos. Te puede ayudar a encontrar la entonación cuando los recites. En you tube hay muchos más; te recomiendo que veas la versión de Paco Rabal y Concha Velasco.



1 comentario:

Marisa Miralles dijo...

Muy aceratados los videos escogidos para ilustrar el texto y motivar al alumnado a hacer las actividades.
Es un material muy atractivo no sólo por su diversidad sino también por su cercanía a los alumnos (Homer, anuncios muy conocidos...)
El texto impecable. Una muestra de que el uso de las nuevas tecnologías no siempre ha de suponer un empobrecimiento del lenguaje.