martes, 31 de marzo de 2020

17 DISPARATES QUE COMETEN TODOS LOS DÍAS LOS PROFESORES DE CASTELLANO CON EL CASTELLANO EN TIEMPOS DE LA CORONAVIRUS


ERRORES DEL PROFESOR DE CASTELLANO EN TIEMPOS DEL CORONAVIRUS



 
Párrafo 1
Soy profesor de castellano y, entre otras circunstancias, esta es la razón por la que no suelo despistarme con la ortografia ni la composición. Mi preparación no ha sido de un día para otro; empezó hace algunos decénios con la lectura... Contra más leía más se me quedaban las letras, ora dentro de la palabra, ora dispuestas en la oración. De noche podía cerrar los ojos y aquellas, unidas con otras como las onzas en una tableta de chocolate, aparecían luminosas flotando en el éter, doradas, esplendentes, correctas. La almoada, detrás mío, era el atril desde el que  mi cerebro pasava revista febril a las frases oídas en la lección de la escuela: contra más apretaba los párpados contra los globos oculares más grabadas se quedaban. Este era el método para repasar ortografía y expresión desplegadas en dictados y redacciones.






Párrafo 2
Este sistema, bizarro y particular -pues jamás he leído sobre él y me tengo yo como su inventor- me fue más útil que el estudio directo y árido de las abstrusas reglas que, recluidas en recuadros, nos hacían aprender. Ahora, profesor de professión, he dado el justo valor a ambos dos: el sistema de apretar los ojos para retener las imágenes soñadas, y el de la memorización. Contar esto a mis alumnos ahora sería, cuanto menos, embarazoso. Admiran ellos la seriedad y el esfuerzo, pero no tanto la extravagancia. A nivel de reglas de ortografía, no se ha valorado con justicia los esfuerzos de aquellos que nos hemos salido del camino trillado, por donde discurren la mayoría (y ya sabemos que esta, la mayoría, siempre posee la verdad). Preveyendo que no se me tendrá por un profesor serio, nunca he comunicado mi descubrimiento de infancia; sé que sería de mucho provecho, tanto que no harían falta libros de ortografía, solo una almohada blanda o un cogín maullido.





Párrafo 3
Claro que si las editoriales que venden libros de texto tubieran conocimiento de mi modo de aprender bes y uves, y el modo recto de escribir, totalmente gratuito, me boicotearían... en base a las pérdidas que les provocaría que todos los niños y jóvenes renunciasen a los libros por una cama,  o una porción de césped edénico, en los que reposar  y repasar, con los ojos cerrados.


Párrafo 4
Habría que aprovechar todos los recursos pedagógicos -lógicos y disparatados- para tatuar en la delgadísima piel del hemisferio izquierdo las ansias de corrección. Lo primero, decir, a este respecto, que hay que utilizar agujas de nanometría (las únicas que pueden infiltrar letras en los sentimientos). A nivel de ejemplo, si un alumno se queda líbido porque ha escrito mal la palabra “memoria”, habrá que aprovechar el cambio de color (a blanco, para la mímesis con la pared) del alumno para destacar el rotundo error: el humor hará de lo grave, amable leczión.


Párrafo 5
Con la ortografía, el asunto a tratar será el de la memoria afectiva-efectiva. La vergüenza, el pundonór, la palidez, el afecto , la gravedad, y demás son las normas.





17 DISPARATES QUE COMETEMOS TODOS LOS DÍAS CON EL ESPAÑOL

Después de leer el texto al que te conducirá el enlace anterior, estarás preparado para comprobar si el texto superior (superior solo en posición, que no necesariamente en calidad o corrección), escrito por tu profesor de castellano (Antonio Herrerías) contiene virus que se manifiestan en corona de errores de expresión.

1) Lee el texto; anota las palabras que no entiendas.

2) Busca las palabras en el diccionario de la RAE o en cualquier otro. Anota en un documento sus significados.

3) Explica en un texto breve (y sin faltas, pasa el corrector ortográfico) cómo dice el profesor en el texto que se aprende ortografía (3-5 líneas).

Has de atrapar virus...
La actividad que viene a continuación es la más extensa; podrás emplear varias sesiones para responderla...
4) Date el placer, pues durante este confinamiento estarás aburrido en casa, de corregir a tu profesor. Para ello copia el fragmento donde consideres que el profesor ha cometido un error y rectifícalo (indica también el número del párrafo donde esté), has de poner cómo se diría de forma correcta. Será la manera de purificarlo de infecciones que afectan a su misma esencia.





Para ayudarte:
-Hay entre 8-12 faltas de ortografía... Son los virus más fáciles de localizar. De estos errores no se dice nada en el enlace, pero tú seguro que los reconoces.
-De los otros errores de expresión, que en su mayoría sí están explicados en el enlace, hay entre 13 y 16 aproximadamente, repetidos o nuevos.
-Te doy una pista aunque contra más fácil son las pistas, a nivel de ayuda, más despistan... y demás. No, no te doy pistas...