martes, 24 de enero de 2023

QUEJA CONTRA DON JUAN RAMÓN BARAT EN OLLERÍA

 

 



 



 

 He esperado a que estéis todos, y Juan Ramón Barat también (porque hay que respetar al que lee pero al que fabrica lectores  habría que honrarlo). Así que don Juan Ramón, y nunca habré de apearlo del don como nunca se le apeó al ilustre hidalgo cuya historia que anda en escrito nadie lee.

He esperado a que estéis todos, digo, para mostrar queja. Los libros de este autor Barat os suscitan el interés, os  guían la imaginación y en vez de matar, crean el tiempo en el que vive  quien los abre.

Luego, a mí me cuesta mantener la programación de las otras lecturas porque razonáis que no son parecidas a  los de J.  R. Barat y que en vez de alas cadenas ponen.

Ah, y también tengo queja por que sintiendo las palabras del autor,  de amenidad, cercanía y viveza vestidas, no querréis oírme en clase; y sé bien que cuando diga "Abrid los cuadernos", cerraréis los oídos a la vez.

Hasta aquí sé que tanto el artista como, supongo, vosotros me habréis entendido la perfección de mi sentido -no de los términos, claro-. Acojamos al autor como antes hicisteis con su obra, con calor -hoy es menester más que nunca-, respeto y emoción, la de la presencia de Juan Ramón -don- entre nosotros.

 


 

 

 
 



 
 


martes, 29 de marzo de 2022

SECUESTRO EN EL ÍES VERMELLAR: VISITA DEL ESCRITOR JUAN RAMÓN BARAT.

 

Permitidme que para presentaros al invitado que hoy nos honra con su compañía os hable con brevedad de la palabra, el fuego, la realidad y también de un secuestro.


Se ha explicado falsamente que el ser humano controló el fuego para optimizar su alimentación, trasformar el entorno y aprovecharse de ello. Esto no se puede creer según parece. Habrá que imaginar a los hombres primeros cobijados bajo una roca, en un abrigo rupestre. Para soportar la soledad y alejar el miedo se ponían a escuchar a aquel que en el clan mejor hacía brillar las palabras (el chamán, el adivino, el más clarividente de entre ellos). Con el fuego encendido cerca, las historias podían alargarse y entre las llamas los sucesos narrados arrojaban sombras. La palabra por tanto precedió al fuego. Al amanecer, aquellos oyentes ensimismados buscaban materializar en la realidad las historias nocturnas. Se creaba la vida a partir de la voz de quien les había dado el ánimo. La literatura había creado la vida, y esta es la historia de la humanidad: la creación de la realidad con la palabra.

Cuando el señor Barat compuso su libro Deja en paz a los muertos planificó una realidad que nosotros estamos siguiendo, viviendo: esta charla es la prueba, con la literatura hacemos la vida.

Ah, y cuidado, no os pase como a aquel Ángel Rosé y seáis cautivados -secuestrados en realidad- en este caso por el fuego de la palabra de Juan Ramón Barat.















martes, 31 de marzo de 2020

17 DISPARATES QUE COMETEN TODOS LOS DÍAS LOS PROFESORES DE CASTELLANO CON EL CASTELLANO EN TIEMPOS DE LA CORONAVIRUS


ERRORES DEL PROFESOR DE CASTELLANO EN TIEMPOS DEL CORONAVIRUS



 
Párrafo 1
Soy profesor de castellano y, entre otras circunstancias, esta es la razón por la que no suelo despistarme con la ortografia ni la composición. Mi preparación no ha sido de un día para otro; empezó hace algunos decénios con la lectura... Contra más leía más se me quedaban las letras, ora dentro de la palabra, ora dispuestas en la oración. De noche podía cerrar los ojos y aquellas, unidas con otras como las onzas en una tableta de chocolate, aparecían luminosas flotando en el éter, doradas, esplendentes, correctas. La almoada, detrás mío, era el atril desde el que  mi cerebro pasava revista febril a las frases oídas en la lección de la escuela: contra más apretaba los párpados contra los globos oculares más grabadas se quedaban. Este era el método para repasar ortografía y expresión desplegadas en dictados y redacciones.






Párrafo 2
Este sistema, bizarro y particular -pues jamás he leído sobre él y me tengo yo como su inventor- me fue más útil que el estudio directo y árido de las abstrusas reglas que, recluidas en recuadros, nos hacían aprender. Ahora, profesor de professión, he dado el justo valor a ambos dos: el sistema de apretar los ojos para retener las imágenes soñadas, y el de la memorización. Contar esto a mis alumnos ahora sería, cuanto menos, embarazoso. Admiran ellos la seriedad y el esfuerzo, pero no tanto la extravagancia. A nivel de reglas de ortografía, no se ha valorado con justicia los esfuerzos de aquellos que nos hemos salido del camino trillado, por donde discurren la mayoría (y ya sabemos que esta, la mayoría, siempre posee la verdad). Preveyendo que no se me tendrá por un profesor serio, nunca he comunicado mi descubrimiento de infancia; sé que sería de mucho provecho, tanto que no harían falta libros de ortografía, solo una almohada blanda o un cogín maullido.





Párrafo 3
Claro que si las editoriales que venden libros de texto tubieran conocimiento de mi modo de aprender bes y uves, y el modo recto de escribir, totalmente gratuito, me boicotearían... en base a las pérdidas que les provocaría que todos los niños y jóvenes renunciasen a los libros por una cama,  o una porción de césped edénico, en los que reposar  y repasar, con los ojos cerrados.


Párrafo 4
Habría que aprovechar todos los recursos pedagógicos -lógicos y disparatados- para tatuar en la delgadísima piel del hemisferio izquierdo las ansias de corrección. Lo primero, decir, a este respecto, que hay que utilizar agujas de nanometría (las únicas que pueden infiltrar letras en los sentimientos). A nivel de ejemplo, si un alumno se queda líbido porque ha escrito mal la palabra “memoria”, habrá que aprovechar el cambio de color (a blanco, para la mímesis con la pared) del alumno para destacar el rotundo error: el humor hará de lo grave, amable leczión.


Párrafo 5
Con la ortografía, el asunto a tratar será el de la memoria afectiva-efectiva. La vergüenza, el pundonór, la palidez, el afecto , la gravedad, y demás son las normas.





17 DISPARATES QUE COMETEMOS TODOS LOS DÍAS CON EL ESPAÑOL

Después de leer el texto al que te conducirá el enlace anterior, estarás preparado para comprobar si el texto superior (superior solo en posición, que no necesariamente en calidad o corrección), escrito por tu profesor de castellano (Antonio Herrerías) contiene virus que se manifiestan en corona de errores de expresión.

1) Lee el texto; anota las palabras que no entiendas.

2) Busca las palabras en el diccionario de la RAE o en cualquier otro. Anota en un documento sus significados.

3) Explica en un texto breve (y sin faltas, pasa el corrector ortográfico) cómo dice el profesor en el texto que se aprende ortografía (3-5 líneas).

Has de atrapar virus...
La actividad que viene a continuación es la más extensa; podrás emplear varias sesiones para responderla...
4) Date el placer, pues durante este confinamiento estarás aburrido en casa, de corregir a tu profesor. Para ello copia el fragmento donde consideres que el profesor ha cometido un error y rectifícalo (indica también el número del párrafo donde esté), has de poner cómo se diría de forma correcta. Será la manera de purificarlo de infecciones que afectan a su misma esencia.





Para ayudarte:
-Hay entre 8-12 faltas de ortografía... Son los virus más fáciles de localizar. De estos errores no se dice nada en el enlace, pero tú seguro que los reconoces.
-De los otros errores de expresión, que en su mayoría sí están explicados en el enlace, hay entre 13 y 16 aproximadamente, repetidos o nuevos.
-Te doy una pista aunque contra más fácil son las pistas, a nivel de ayuda, más despistan... y demás. No, no te doy pistas...






lunes, 25 de marzo de 2019

DON JUAN RAMÓN BARAT O CÓMO LA ESCRITURA ROMPA LA SOLEDAD DE LOS MUERTOS (DEJA EN PAZ A LOS MUERTOS)


                

Empezaré con la voz de otro, con palabras tantas veces citadas que debieran ser verdad. Nulla dies sine línea. La frase latina, a través de Plinio el Viejo, se atribuye al pintor de Alejandro Magno, Apeles. Casi Literalmente viene a decirnos que “ no hay que dejar pasar ningún día sin escribir al menos una línea” y se ha aplicado, por tanto, falsamente a la escritura un consejo de la pintura.
Aunque en el caso de D. JUAN RAMÓN BARAT está muy bien traída. Barat pinta el enredo de una historia sobre la trasparencia de un cristal a veces oscuro. Las palabras, levantadas con pericia, flamean como una cinta tornasolada y fúlgida contra el crepúsculo de un misterio. Sabed que el autor no solo es importante porque sea justamente famoso, que lo es, ni por los premios que haya ganado, que los ha obtenido con el favor del público más implacable y veleidoso que sois vosotros… No, es importante porque escribe y ha tenido el interés de hacernos llegar después del eco su voz propia.
La escritura vivifica y da conciencia. Distingue a los más vivos de los abismados y muertos.  Estad atentos, especialmente los que entre vosotros en soledad escribís vuestro pensamiento en una agenda, un deseo en los apuntes de esa asignatura odiosa, o que simplemente caligrafiáis sobre el pupitre una palabra  de la que os asombra el brillo o la negrura. No estáis solos, las soledades de los otros escritores os harán compañía, como la del autor de un libro, DEJA EN PAZ A LOS MUERTOS, que nos ha hecho volar algunos instantes sobre el sueño de nuestra propia vida.



 JUAN RAMÓN BARAT EN EL INSTITUTO EL VERMELLAR DE OLLERÍA













martes, 10 de marzo de 2015

CARTA DE RECONOCIMIENTO DEL CLARO ALONSO QUIJANO A LOS PUPILOS DE LA ÍNSULA VERMELLARIA

 


"Linternas sino pozos de claridades:


El más vivo que finado caballero de la triste figura os manda la salud que él no tuvo para sostenerse. Movido a encargo por quien puede, el eximio manco, os hace llegar esta pues él ocupado se está en no ser encontrado en aquel conventillo de la Trinidad  en el que tanto polvo y aun losas se han levantado y levantan. Dicho por su tableteante y mellada boca os envío  pone de las paces que  a él se le arrebatan. Como entendedor de musas y abismos de ecos noticia en punto tuviera de que en esa academia bermeja, o bermella, de letras una falla  (así nominan lumbre quienes reciben a Apolo primeros en las Españas) una falla, digo, se ha compuesto con mi persona (que es la suya, pues burla de sí hizo en mí creando honra antes que desdoro). No le conviene a mi señor don Miguel que mi testa sea muy fuera de proporciones sino urna contenida y noble de cuitas que él, mi demiurgo Cervantes, tuviera.

Relación entera me demanda de las leyendas que aderezan la tal falla y los tales muñecos o ninotes. Gracias miles me encarga para vuestras mercedes, para el artífice tallista o iluminador don Pablo Carrascosa (que tan acertado apellido cervantino se arroga -y que me pide la averiguación de si remanece de la familia de su Sansón Carrasco). No le manda prosperidad a don Antonio Herrera o Herráez, quejoso está de él por falta de firmeza en aderezar en la Vermellaria ínsula el castellano, cuya gloria más tuerce que alzara.

Maguer mi señor Saavedra asaz sufrido fue y es, no sufre las pocas letras de este profesor presumido de leer el libro del famoso  hidalgo, cuando jamás supiera de él ni por las tapas. Mal se sostienen los huesos del ingenio, mi Señor Cervantes, con luces tan menguadas como las suyas son.
         Pintura me ha solicitado que se le envíe de esta fallera amenidad; que si menos apagahogueras y más lumbres se prendieren en el reino menos la tiniebla  envolvería de necedades.

Somos, en fin, heridos con la punta de vuestra arte magistral y con las letras que la adornan. Queden el desdén de sabiduría y la maledicencia lejos de esa casa del gusto que el Vermellar es, y aun arca de oro y perlas sino arcón.


Vuestro señor don Alonso Quijano.

Post scriptum. Sírvanse enviarme pintura óleo o témpera, linotipia, grabado en plancha o cristal o papel cebolla, obra en piedra dura o blanda, mosaico...o bosquejillo en carboncillo de la tal falla; pues mi escondido y cercano señor Cervantes anda muy curioso de ella.”


















Esta es la carta maldiciente que he recibido vía internet. Como no creo que ninguna criatura de libro, por muy viva que esté en la imaginación febril de nadie, pueda escribir ni aun una o, otra será la mano cuya cabeza no se me pinta. Pero como me parece curiosa, y aquí brille luz y púrguense pecadillos, la voy a aprovechar menos por coraje que por utilidad. Valga esta para honrar, si bien torpemente, las excelsitudes sin parangón posible del señor de todas las letras, D. Miguel de Cervantes Saavedra. Dado que no sé tener texto sin poner preguntas, vengan pronto estas...

1 ¿Qué es lo que pide Cervantes a través de don Quijote que es el motivo principal de la carta?

2 ¿Qué significan "maguer" y "asaz"?

3 ¿Quién crees que es el destinatario de la carta? ¿Qué palabras te han permitido saberlo?

4 ¿Quién es Sansón Carrasco?

5 En la poesía "Xiquets, ha tocado el timbre..." (dedicado a aquellos que son vistos como amenaza cuando lo que son es orden) la palabra "gigantes" aparece en plural. Si estuviera en singular (yo soy de aquellos gigante), ¿el verso sería gramaticalmente incorrecto y no se entendería? Coméntalo.

6 ¿Qué piensa Cervantes del profesor que aparece nombrado?

7 ¿Quién crees que puede haber escrito esta carta? Explícalo.

8 Busca diez pares de palabras, si es que los hay, que rimen en asonante.

domingo, 29 de junio de 2014

DISCURSO DE DESPEDIDA A LOS ALUMNOS DE 2º DE BACHILLERATO: "CUANDO SOBREN LAS PALABRAS SERÁ CUANDO MEJOR HABLEMOS"


Este pobre discurso que sigue se ha caído de torpes 
manos (no de las mías –tiempo habrá de dar noticia 
de quién es la cabeza y la ocasión  que lo han 
tejido). Una vez encontrado, yo lo he adoptado a él y él 
a mí pues ambos desvalidos nos veíamos. No he tenido
lugar para zurcirlo y traerlo a conveniencia. Por tanto,
téngase sosiego y tómese del menú lo que plazca y apártese 
lo que enoje.

Como prólogo brevísimo hay escrito un único verso 
del Orlando furioso de Ariosto (que también utiliza Cervantes 
en el final del Quijote de 1605): “Forse altre cantarà con 
miglior plectro” (que aplicado al caso significa: otro lo 
escribirá con mejor pluma).

El discurso se titula “CUANDO SOBREN LAS PALABRAS 
SERÁ CUANDO MEJOR HABLEMOS” (Mal principio, malo…, 
pues yo me gano la vida con el palique  de un  honrado 
vendedor de coches).

Y principia así:
Os hablaré a vosotros, hijos o alumnos nuestros, como  
varones y féminas de multiforme ingenio que, después 
de superar innúmeras pruebas poco hace, veréis  
poblaciones y conoceréis las costumbres de muchos 
hombres y padeceréis en el ánimo gran número de 
trabajos en vuestra  navegación. 

Dejaréis puerto abrigado y aún cerca de costa advertiréis allá 
en tierra a vuestros tutores (uno que garabatea números en 
el aire, otros letras en la arena, alguno que  mide aletas caudales 
de pescados, aquel que habla en la lengua de Roma y 
traduce pareceres a los griegos, otro más que vocea 
geografías extrañas...) todos reducidos en distancia cabrían
en la cuenca de vuestras manos.


Cícladas, Eólicas, Sarónicas, Jativánidas, Valencianias, 
Alcóydidas, Gandiánidas...Las cruzaréis todas. Nunca os 
detengan horrísonas harpías, ni melódicas sirenas, ni Calipsos, 
ni semidioses hermosos ni semidiosas rogantes, todos de 
verbo suasorio. Que no os descamine el cambiante azar.

Partido habéis ya, antes incluso de dejar la dulce Ítaca (Esto
es un tópico muy manoseado; ahora mismo en decenas de 
institutos decenas de tutores en decenas de discursos la 
nombrarán decenas de veces; así que debéis colocar en 
su lugar Ollería, Alfarrasí, Montaverner...igualmente dulces), 
partiréis, digo, a por islas que aparecerán solo cuando a ellas 
lleguéis vosotros. 

Pero entrad ya a las huecas naves y ocupad los duros bancos. 
Que embarquen:
       Ana Albiñana, cuya azafranada  luz aleja la calígine.
       Ignacio Camarena, el de contenida discreción
       Jénifer Camarena,  la de graciosas efélides
       Valentín Clavo, el de paso claudicante que tiene tiene vozarrón 
       de bronce y grita tanto como otros cincuenta
       Ángel Engo, revestido de impetuoso valor
       Míriam Estrela, doncella belicosa de ojos vivos
      Tamara Ferri, que rompe filas de guerreros y tiene el ánimo 
       de un león
       Rafael García, tan fértil en recursos
       Héctor Giner, el de broncínea armadura  y sonrisa tremolante.
       Mireia Micó, hija de la mañana, cuyo resplandor llega al cielo.
       Sara Micó Soler, la argiva más hábil de entre todos los atletas 
       que honran al  padre Zeus

       Óscar Mompó, el benéfico de prudente espíritu
       María Mompó, la de hermosas mejillas que se complace 
       en  escribir versos
       Noelia Moscardó, la que lleva arco de plata y enardece
       a los filósofos
       Emma Revert, la aguerrida doncella de corazón fuerte
       Laura Ruiz, la de los ojos garzos
       Carles Santacatalina, el de los silencios elocuentes y portador 
       de diccionarios

       Alba Sanvíctor, predilecta de los dioses
       Andrea Sanz, la nacida con los ojos de Atenea

       Estela Sanz, la de larga cabellera que aconseja a los troyanos
       Jorge Terol, el mejor de los aqueos y mediador entre los 
       hombres y los dioses
       Éric Úbeda, el de las sandalias aladas
    
         Embarcad y que no haya aflicción para los que aguardan 
la ocasión siguiente, a todos se os tiene en la memoria (ni para 
Ángel Albiñana, ni para Alejandro García, ni para Lorena, ni para 
Sara, ni para Meri ni Javier...). Habrá otras naves para vosotros 
que también partirán y alcance darán a la primera.

         Y en esas ínsulas de las que ciudadanos primeros 
sino príncipes habréis de ser, que se pueda decir de vosotros: 
“No ha habido para estos mujeres y hombres gloria más ilustre 
que la de luchar por la obra de sus propios pies o de sus 
propias manos”.

         Regresaréis entonces, cruzando el piélago, en retorno 
distraído, a este puerto (Ítaca, es decir, Ollería, 
Alfarrasí, Montaverner...). Y una mañana advertiréis a un señor o
 a una señora paseantes (ya encorvados, con perro faldero, 
y moceando fuera de dignidad con moderno vestuario). Solo 
habrá pronombres y vosotros seréis “ustedes”, y nosotros “tú”.
         -¿Eres tú Josep, Cristina, Miquel, Gonzalo...?- Y se 
os responderá:-¿Y usted quién es y de qué me conoce?
         Deberéis comentar con prontitud y aplomo:-”Soy Ángel, 
soy Ana, soy Mireia, soy  Jorge...y me diste física, me 
diste matemáticas, me diste castellano...” Y sin que crezca mucho 
el silencio apostillaréis con brevedad calma: -”Y lo que me 
enseñaste me ha servido de algo”.

         Llegaréis a creer que después de tanto tiempo el encuentro 
es casual; ¡qué incautos! Seremos nosotros quienes os 
habremos buscado. Y continuaremos después el paseo con 
placidez, buscando por las arboledas a otro de los vuestros.
 Porque nos haréis mucha falta.

         Aquí el discurso dice: 
                                      SOBRAN LAS PALABRAS. FIN
                       




SUERTE A TODOS EN EL VIAJE